La terapia de radiación puede ser beneficiosa en los individuos cuya vida está en peligro debido a una arritmia ventricular grave. Esta innovadora iniciativa está siendo empleada por un equipo multidisciplinario de expertos en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Estos profesionales aplican radioterapia estereotáctica, una técnica generalmente utilizada en el tratamiento del cáncer, para atender la taquicardia ventricular que no responde a los métodos convencionales.
Las taquicardias ventriculares representan trastornos del ritmo cardíaco severos, especialmente cuando se presentan en pacientes con afecciones cardíacas subyacentes, aumentando el riesgo de muerte súbita. Estas señales eléctricas irregulares en los ventrículos del corazón pueden generar más de cien latidos por minuto, lo que dificulta el bombeo de sangre al resto del cuerpo, según Nicasio Pérez Castellano, líder del departamento de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CiberCV).
Usualmente, estas anomalías se tratan con medicamentos antiarrítmicos o mediante procedimientos de ablación, ya sea endocárdica o, en caso necesario, epicárdica. Sin embargo, existen situaciones en las que la ablación no puede corregir la arritmia, a menudo debido a dificultades en el acceso del catéter. Puede suceder, por ejemplo, que el catéter no alcance la región afectada a través del enfoque endocárdico ni pueda avanzar a través del epicárdico debido a la presencia de tejido fibroso y cicatrices que se forman en el pericardio después de una cirugía cardíaca.
En casos dramáticos en los que la vida de los pacientes está en juego (con una mortalidad que supera el 50% durante la tormenta ventricular), un equipo multidisciplinario del Hospital Clínico está implementando una solución novedosa: la radioablación estereotáctica.
Pino Alcántara Carrio, oncóloga radioterápica del Clínico, explica que aplican irradiación focalizada con dosis altas por sesión, lo que provoca una modificación aguda y duradera en la conducción cardíaca. Esto resulta en una reconfiguración de la actividad eléctrica del corazón que puede reducir o eliminar la arritmia. Para llevar a cabo este proceso, emplean la radioterapia estereotáctica corporal (SBRT), una técnica principalmente usada en tratamientos oncológicos debido a su alta precisión, que permite administrar dosis elevadas en el área específica sin afectar a tejidos circundantes.
La dosis empleada en este procedimiento representa un desafío significativo. Los expertos en Física Médica se encargan de planificar y asegurar la administración segura y precisa del tratamiento en el paciente. Según Javier De Areba Iglesias, radiofísico e investigador del IdISSC, «a diferencia de los pacientes de radioterapia convencional, estos enfermos llegan en estado muy deteriorado. Mientras que un paciente típico recibe una dosis diaria de 2 Gy, ellos son sometidos a una única sesión de 25 Gy».
Además de la alta dosis, otro desafío es el movimiento constante del órgano que se está tratando, el corazón, debido a la respiración y los latidos. El proceso de planificación tiene en cuenta estos movimientos compuestos por ciclos respiratorios y cardíacos.
La ubicación anatómica del origen de la arritmia se determina a partir de mapas de taquicardia obtenidos en la sala de Electrofisiología, y el tratamiento se basa en imágenes de TC cardíaco que capturan el latido cardíaco y de TC torácico 4D que sigue el movimiento de los órganos con la respiración. Gracias a esta planificación, se administra una dosis concentrada de radiación sobre la zona problemática en aproximadamente cinco minutos.
Este proceso complejo también implica la coordinación de expertos de distintos servicios, además del traslado de pacientes gravemente enfermos, a veces desde la Unidad Coronaria. Estos pacientes suelen estar intubados, monitorizados y asistidos por especialistas en arritmias durante su traslado a la sala de Radiología y, finalmente, a la de Oncología Radioterápica. Nicasio Pérez Castellano comenta que este procedimiento puede tomar todo un día, desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, y equivale prácticamente a un traslado fuera del hospital debido a la inestabilidad de los pacientes.
Este enfoque innovador se lleva a cabo en colaboración con el SERMAS como parte del Proyecto STOPSTORM, el cual involucra a 31 socios de ocho países y ha recibido financiamiento del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea bajo el acuerdo de subvención número 945119, según lo indicado por Pino Alcántara.
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