El Grupo de Nutrición y Apoyo Lactante de la Federación Española de Pediatria (GNAL-FEP) ha alertado sobre el peligro de las bebidas energéticas en niños, señalando que pueden ser perjudiciales para su bienestar y conducir a la dependencia de sustancias nocivas como el alcohol.
A raíz de la iniciativa de la Secretaría de Salud de Galicia para restringir el acceso y la promoción de estas bebidas a jóvenes, los especialistas subrayaron que «su ingesta puede causar irritabilidad, trastornos del sueño, dolores de cabeza, nerviosismo, falta de atención y problemas metabólicos y cardíacos, como ritmos cardíacos rápidos o hipertensión. Con el uso prolongado, también pueden desarrollarse signos de dependencia».
Estas bebidas, que a menudo se presentan en envases de medio litro, pueden contener una cantidad de cafeína comparable a dos espressos, además de una alta concentración de azúcares.
La Asociación Española de Medicina Juvenil (AEMJ), parte de la FEP, resaltó que consumir estas bebidas puede ser una puerta de entrada a otros agentes nocivos y a desarrollar adicciones, ya que es común que los jóvenes las combinen con alcohol.
«El líquido fundamental para niños y adolescentes es el agua. Las bebidas dulces deben ser limitadas, pues están al tope de la pirámide nutricional y deben tomarse en pequeñas dosis y ocasionalmente. Las bebidas energéticas, aparte de azúcares, contienen cafeína, la cual no es aconsejable para niños», enfatizaron los expertos.
También recalcaron la necesidad de una clara información nutricional, para que los padres puedan tomar decisiones saludables respecto a lo que consumen sus hijos. Por su parte, el Departamento de Salud respaldó la restricción del acceso a las bebidas energéticas por menores, siguiendo las pautas propuestas por la Agencia Española de Normas Alimentarias y Nutrición (AENAN), según informó Europa Press.
Sin embargo, se señaló que la AENAN, que forma parte del Ministerio de Consumo, tiene la última palabra. En un informe de 2022, esta agencia indicó que la ingesta elevada de cafeína en jóvenes de 11 a 17 años puede causar trastornos del sueño, impactos psicológicos y problemas cardíacos.
Específicamente, ingerir más de 60 mg de cafeína puede alterar el sueño en estos adolescentes. Dosis superiores a 160 mg pueden tener efectos perjudiciales para la salud. Por ello, «no es aconsejable su consumo en niños, mujeres embarazadas o en etapa de lactancia». Además, el reporte subraya que estas bebidas «no deben mezclarse con alcohol», ya que puede disminuir la percepción del nivel de intoxicación.