Desde los típicos retortijones al dolor abdominal, la diarrea o incluso las náuseas son consecuencia de que algún órgano no funciona como debiera
Las afecciones del sistema digestivo son muy comunes en la población en general. Es crucial detectar tempranamente cualquier trastorno digestivo para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Los síntomas se pueden prevenir y controlar mediante medidas adecuadas, tanto farmacológicas como dietéticas, para aliviar la incomodidad en el sistema digestivo, que está compuesto por la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso que conduce al recto. También incluye órganos como el hígado, la vesícula biliar y el páncreas.
Las enfermedades digestivas son muy frecuentes y representan más del 20% de las consultas médicas en atención primaria, el 15% del total de ingresos hospitalarios y el 14% de la mortalidad en la población en general. Las más comunes son la indigestión, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn, la gastritis, las hemorroides, el estreñimiento, la hepatitis C y la diverticulitis.
Manifestaciones clínicas
La distensión abdominal o la indigestión son las razones más habituales que llevan a una persona a consultar al gastroenterólogo, según explica Juan Antonio Arévalo, Jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Quirónsalud Bizkaia.
«La indigestión se refiere a molestias atribuibles al sistema digestivo, como dolor en la parte superior del abdomen, acidez o diarrea», señala el especialista, quien agrega que «en ocasiones, también acuden personas que desean someterse a una detección de cáncer de colon porque han oído hablar de él o tienen algún familiar afectado».
Es importante detectar a tiempo cualquier trastorno digestivo para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Los síntomas se pueden prevenir y controlar mediante medidas adecuadas, tanto farmacológicas como dietéticas, para aliviar la incomodidad en el sistema digestivo, que está compuesto por la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso que conduce al recto. También incluye órganos como el hígado, la vesícula biliar y el páncreas.
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