AstraZeneca inicia la retirada de su vacuna contra la COVID-19 debido a efectos secundarios raros.

AstraZeneca ha decidido retirar su vacuna contra la COVID-19, Vaxzevria, del mercado a nivel mundial tras reconocer la posibilidad de efectos secundarios graves en casos extremadamente raros, como el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS). Aunque esta complicación afecta a un número muy reducido de personas vacunadas, la compañía ha sido objeto de múltiples demandas, especialmente en el Reino Unido y Alemania, por casos de trombosis y daños graves tras la inoculación.

La Unión Europea suspendió la comercialización de Vaxzevria a petición de la propia farmacéutica. El motivo oficial es la disminución de la demanda, dado que existen otras vacunas más adaptadas a las variantes actuales del virus. En España, varios afectados por efectos secundarios graves han presentado demandas, lo que ha abierto una vía legal para futuras reclamaciones.

A pesar de estos problemas, AstraZeneca sigue defendiendo el impacto positivo de su vacuna, afirmando que, según estimaciones independientes, salvó más de 6,5 millones de vidas en el primer año de su uso y distribuyó más de 3.000 millones de dosis a nivel global​. La farmacéutica insiste en que los beneficios de la vacunación superan con creces los riesgos, aunque estos efectos adversos han sido reportados y deben ser vigilados.

La retirada de la vacuna no implica un riesgo inmediato para quienes ya han sido vacunados. Sin embargo, expertos recomiendan mantener una vigilancia estricta de los posibles síntomas relacionados con trombosis en personas que recibieron las dosis​.

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