La vacunación en los adultos con afecciones respiratorias se ha convertido en un tema de gran importancia en el debate de salud del país. Conscientes de esta realidad y de su impacto en el cuidado de la salud de este grupo de pacientes, los doctores Felipe Villar Álvarez, David de la Rosa Carillo y Fernando Fariñas Guerrero han publicado el artículo "Vacunación en adultos con enfermedades respiratorias: ¿estamos preparados?" en la revista científica Inmunizaciones.
En el documento, cuyo autor principal es el jefe asociado del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, se destaca que la pandemia de la COVID-19 ha demostrado el poder de las vacunas en el control de enfermedades infecciosas graves. Además, los autores mencionan conceptos emergentes como la inmunosenescencia y el estado inmunológico óptimo.
La inmunosenescencia se refiere al deterioro progresivo del sistema inmunológico debido al envejecimiento, lo que contribuye a la inflamación crónica, enfermedades autoinmunes y cáncer. Por otro lado, el estado inmunológico óptimo implica adoptar un estilo de vida que mejore nuestra capacidad inmunológica, como evitar fumar, limitar el consumo de alcohol, tener una dieta adecuada, mantener buenas relaciones sociales, hacer ejercicio y seguir un programa de vacunación adecuado. Estas prácticas mejoran la respuesta inmunitaria y ralentizan el proceso de inmunosenescencia.
Los especialistas señalan que la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es la enfermedad respiratoria crónica donde la vacunación es particularmente recomendada. Además de las vacunas contra la neumonía y la gripe, se han añadido otras como las de la COVID-19, tosferina y herpes zóster.
Los resultados prometedores también se observan en las nuevas vacunas contra el virus respiratorio sincitial (VRS), que pueden prevenir exacerbaciones de enfermedades respiratorias crónicas, hospitalizaciones y muertes.
En este sentido, se hace hincapié en la necesidad de establecer un calendario de vacunación para los adultos con afecciones respiratorias, que incluya las vacunas mencionadas anteriormente. Es fundamental que las autoridades, el personal sanitario y, sobre todo, los pacientes con enfermedades respiratorias, se unan en este esfuerzo.
El futuro también se basará en el uso de anticuerpos monoclonales, lo cual debe ser considerado en las actualizaciones de las guías clínicas.
En conclusión, se hace un llamado a establecer un calendario de vacunación específico para los adultos con enfermedades respiratorias, y se insta a las autoridades, al personal sanitario y a los propios pacientes a unirse en este importante esfuerzo.
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