Muchos países europeos están enfrentando problemas de suministro de algunos medicamentos básicos. Y es que, desde hace meses las farmacias y los hospitales encuentran dificultades para adquirir algunos preparados debido a dificultades con la distribución. Un problema que no es nuevo, pero que se ha visto agravado en las últimas semanas hasta el punto de que el Gobierno planea una nueva ley. Cada vez más medicamentos importantes faltan a menudo en las farmacias o no es posible encargarlos.
En Alemania, por ejemplo, hay escasez de ibuprofeno, paracetamol y jarabe infantil. En Francia falta también la amoxicilina infantil mientras que en Reino Unido las reservas de antibióticos para tratar infecciones bacterianas y penicilina están al límite.
La fabricación de medicamentos forma una vasta red muy interrelacionada a nivel internacional en la que es frecuente que, desde los primeros pasos de la producción de un principio activo al envasado del producto final, los fármacos transiten por varios países y compañías. Esto hace que un problema en una fábrica, los cambios en un centro logístico o los incrementos de costes en algún punto de la cadena tengan un notable impacto sobre el conjunto.
En concreto, es tal la situación que vive actualmente Alemania y que parece estar trasladándose a España, que El colegio federal de farmacéuticos ha asegurado que son alrededor de mil los medicamentos que no se pueden encargar en estos momentos. En un comunicado reproducido por el mismo medio alerta el presidente del Colegio Farmacéutico de Renania del Norte-Westfalia de que “si no se toman medidas, el cuello de botella con los medicamentos empeorará este invierno“.
Esa escasez está provocando el incremento de un mercado negro de medicamentos en España. Las autoridades ya han dado el aviso del riesgo que supone para nuestra salud consumir fármacos de origen desconocido que se comercializan a través de internet.
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